Cuando leo “a los 92 años muere Humberto Maturana”

Arlette Pichardo Muñiz
4 min readMay 13, 2021

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Por: Arlette Pichardo Muñiz

El 6 de mayo de 2021, a los 92 años muere Humberto Maturana. En su larga vida y hasta en sus últimos días nos siguió sorprendiendo con su pródiga imaginación y su audacia sin límites.

De pocas personas se puede decir que han vivido la vida que querían vivir. Más aun, de muchas menos se puede decir que han muerto cuándo han querido hacerlo. Maturana reúne esa singular combinación, vivió cómo quería vivir y murió cuándo quiso morir.

Así dejó constancia en su última entrevista concedida el pasado 17 de abril, cuando al efecto afirma “Yo. Humberto Maturana, quiero escoger el momento en que voy a morir…” https://www.latercera.com/la-tercera-domingo/noticia/humberto-maturana-yo-quiero-escoger-el-momento-en-que-voy-a-morir-no-quiero-ser-una-carga-ni-generar-dano/N22KX7R7XNAIVP6J4G3AH34P4A/.

Nacido en Chile, ampliamente conocido a nivel mundial, por haber introducido, en conjunto con Francisco Valera (su discípulo), la noción de autopoiesis molecular (1973). Una palabra sin antecedentes, un neologismo con sentido original, para dar cuenta que los organismos tienen la capacidad de producirse a sí mismos, por medio de la función metabólica de su propio organismo.

Una máquina autopoiética es una máquina organizada (definida como unidad) como una red de procesos de producción (transformación y destrucción) de componentes que: i. a través de sus interacciones y transformaciones continuamente regeneran y realizan la red de procesos (las relaciones) que los ha producido; y ii. la constituyen (la máquina) como una unidad concreta en el espacio en el que ellos (los componentes) existen especificando el dominio topológico de su realización como tal (1973, p. 78).

El concepto de autopoiesis ha tenido múltiples aplicaciones en otros campos distintos de la biología. En particular, en la Sociología con los desarrollos teóricos de Niklas Luhmann (1998). Aunque el propio Maturana mantuvo una actitud crítica de tal aplicación al estudio de la sociedad y las organizaciones.

A Maturana le debemos hacer acuñado la expresión objetividad “entre paréntesis” o línea de la objetividad constituida (1996 y 1997), para dar cuenta de que quien observa explícitamente acepta:

a. que como ser humano, es un sistema viviente;

b. que sus habilidades cognitivas de observación son fenómenos biológicos, ya que son alterados cuando su biología es alterada; y

c. que sí la persona quiere explicar sus habilidades cognitivas debe hacerlo mostrando cómo surgen los fenómenos biológicos en su realización como un sistema viviente. Más aún, adoptando este camino explicativo, quien observa tiene que aceptar cómo sus características constitutivas distinguen en la experiencia lo que en la vida diaria aparece como percepción e ilusión.

A Maturana también le debemos su aporte desde la otroridad (2003), es decir, desde la capacidad de la persona de percibirse de darse cuenta de sí misma, la auto aceptación y la aceptación de la otra persona.

Con Verden-Soller, en el amor y el juego, fundamentos olvidados de lo humano (2003), nos deja el legado del planteamiento del amor como fenómeno biológico relacional, donde tiene lugar el compromiso y la libertad.

Con Pörksen, del ser y el hacer, los orígenes de la biología del conocer (2004/2002), su pasión por el encuentro entre el conocimiento y el aprendizaje, función primordial de todos los seres vivos.

Con Ximena Dávila, su última creación, a propósito de la pandemia del Coronavirus, recientemente publicada, apenas pocos días antes de su muerte. La revolución reflexiva, una invitación a crear un futuro de colaboración (2021).

En fin, Maturama (1995) pasó su vida recordándonos que el amor y la emoción constituyen el dominio de interacciones recurrentes en la persona, para encontrar en la con/vivencia la legitimidad de su encuentro con otras. Un mundo de relaciones más allá de la razón, en un complejo proceso afectivo.

Fuente de la foto: https://es.wikipedia.org/wiki/Humberto_Maturana

Referencias:

Luhmann, N. (1998). Sistemas sociales: Lineamientos para una teoría general (Silvia Pappe y Brunhilde Erker, trad.). Editorial Anthropos. (Obra original publicada en alemán, 1984).

Maturana, H. (1997). La objetividad: Un argumento para obligar. Dolmen Ensayo.

Maturana, H. (1996). La Realidad ¿Objetiva o construida?: Fundamentos Biológicos del Conocimiento. Anthropos Editorial del Hombre.

Maturana, H. (1995). Emociones y lenguaje en Educación y Política. Ediciones Dolmen.

Maturana, H. y Dávila, X. (2021). La revolución reflexiva, una invitación a crear un futuro de colaboración. Editorial Paidós.

Maturana, H. y Pörksen, B. (2004). Del ser al hacer: Los orígenes de la biología del conocer (Luisa Ludwig trad.). J.C. Sáenz Editores/Comunicaciones Noreste Ltda. (Obra original publicada en alemán, 2002).

Maturana, H. y Varela, F. (1973). De máquinas y seres vivos: Una teoría sobre la organización biológica. Editorial Universitaria.

Maturana, H. y Varela, F. (1984). El árbol del conocimiento: Las bases biológicas del entendimiento humano. Editorial Universitaria.

Maturana, H. y Verden-Zoller, G. (2003). Amor y Juego. Fundamentos olvidados de lo humano: Desde el patriarcado hacia la democracia. Lom ediciones (Obra original publicada en 1993).

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