Cuando leo “Ábreme la puerta. Casa de Aprendiencia de la Política Social y otras políticas”
Por: Arlette Pichardo Muñiz
Cuando leo “Ábreme la puerta: Casa de Aprendiencia de la Política Social y otras políticas”. Un ejercicio hasta ahora sin antecedentes de estudios conocidos. Una intencionalidad y un título promisorios. Se acompaña en digital de una Versión Ampliada elaborada por la autora, para fines de consulta diseñada en formato Flip Book, un Vídeo Motivacional y una Visita Virtual en animación 3D.
La Política Social una crea-tura (criatura) que nace allende los mares en la Alemania del siglo xix. “Ve la luz” haciendo alusión a una mediación entre sociedad burguesa y sistema político. Sus padres prefiere prefieren no contarle mucho de su origen y ancestros.
Navega por el océano Atlántico y al “brincar el charco” llega al continente llamado América. En algunos países la asumen con fervor, aunque en general su desplazamiento es lento y desigual.
Su infancia discurre en general “apalancada” por la Doctrina Social de la Iglesia y reivindicaciones de luchas y conquistas sociales, en defensa al derecho de la vida. Dependiendo de quien cuente su historia, termina enterándose del transcurso de sus primeros años.
Su adolescencia encuentra fuerza y vigor en la prestación de servicios denominados sociales en el marco del Welfare State (Estado de Bien-Estar en castellano; del francés, más bien El Estado de la Providencia). El “brillo” de su juventud empaña a las otras etapas de su vida, el recuerdo de lo que pudo haber seguido siendo y no es.
Su edad madura la alcanza en el marco de instrumentos de naturaleza jurídica e institucional amparados en la Declaración Universidad de los Derechos Humanos, en 1948. Todo hermano menor acapara la atención de sus padres.
Su decadencia siempre viene acarreada por crisis económico-financieras. Le pasan factura y le cobran, aunque no deba…
Y, entonces, ¿cuál es la novedad para la Política Social, y otras políticas? ¡¡¡Desatar nudos, sin “atar” nuevos!!!
En el mundo de hoy la vida cotidiana se modifica a mayor velocidad: género, ambiente, colonialidad, juventud y la vejentud (como hay quienes le dicen a la vejez) son vínculos que se están transformando y redimensionando y lo seguirán haciendo.
El gobierno del mercado se convierte cada vez con más fuerza en lugar de encuentro por excelencia para el intercambio en procura del sustento humano (en el amplio sentido del término).
La información y el conocimiento pasan a ser bienes transables y su exacerbado ritmo de difusión constituye un factor que potencia la competencia entre empresas y personas.
La vida democrática se abre espacio por doquier y a su lado la construcción colectiva, aunque las mejoras en procura de su perfeccionamiento se mueven a ritmos diferentes.
Paradójicamente, se incrementa el convencimiento de que, pese a sus imperfecciones, la democracia constituye la mejor forma para el ejercicio de la libertad y otras formas de conducción reciben el repudio colectivo.
En este presente (que, como todo presente, construye el futuro) las fórmulas de gobernabilidad (global, regional, nacional, local, institucional, empresarial, organizacional y familiar) ya no alcanzan. Se desbordan ante el reclamo de una ciudadanía cada vez más expuesta y en forma más rápida a canales de in/formación.
La enseñanza de la Política Social y de otras políticas, no es una excepción. Por el contrario, permanece prácticamente al margen de las innovaciones, especialmente educativas.
Y, entonces, ¿qué hacer con La Casa? Una gama infinita de posibilidades, un propósito, transformar la forma, modificar el diseño.
Aprendiencia: estar-en-proceso-de-aprender. Un vocablo utilizado en francés por Hèlene Trocmé-Fabre en 1997, retomado en portugués por Hugo Assmann en el 2002 y de ahí al castellano. De uso frecuente en educación, aunque prácticamente no reconocido en el lenguaje de la Política Social y otras políticas.
Comunidades Aprendientes. Agrupaciones y asociaciones entre personas: estar-en-proceso-de-aprender de las tramas, las redes, los vínculos que afectan y son afectados por lo que las personas hacen en asocio con otras y en vinculación con el en/torno, las relaciones sociales de vida para el sustento humano (en el sentido amplio de la palabra, y no solamente material) y sus intersticios, aquello por lo que vale pena vivir; que, por supuesto, incluye aprender.
Este y otros temas son tratados en “Ábreme la puerta: Casa de Aprendiencia de la Política Social y otras políticas”. Con ilustraciones originales de Manuel Zumbado, un artista costarricense que pinta con tiza pastel, al compás de a música; en esta oportunidad, bajo los acordes de la versión original del villancico Cánticos y de las subsecuentes versiones de “Àbreme la puerta…”. Las caricaturas corresponden a una creación también original en tinta china del artista Claudio Medrano, de origen nicaragüense, radicado en Costa Rica. Los planos de La Casa son originales de Edgardo Mora, un atento amigo que tuvo la gentileza de escuchar con atención. La mayoría de las fotos fueron tomadas por Dinorah Cueto, y El Patio por Pedro Luis Pichardo, gentilmente cedidas a la autora. El Video Motivacional y la Visita Virtual en animación 3-D son una producción en colaboración con Adrián Campos.
A ninguna casa propia, se entra con llave ajena.
PASE ADELANTE… ¡¡¡deentre!!!